Cada año se pierden dos mil 400 hectáreas del llamado Gran Bosque de Agua, que incluye la cuenca Amanalco—Valle de Bravo, y zonas del estado de Morelos, por la tala clandestina, el crecimiento de la mancha urbana y el cambio de uso de suelo.
Al acudir al foro: «Sin bosque no hay agua, sin agua no hay vida» en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de México, Eduardo, presidente del Ayuntamiento Indígena Tlahuica de Atzingo, Eduardo González Gómez, y defensor de los bosques indicó que esta cantidad representa destruir una superficie de nueve campos de fútbol cada año.
Lo que ha generado grandes problemas de falta de agua en municipios del Estado de México, alcaldías de la Ciudad de México y en Cuernavaca Morelos, pues se estima que 25 millones de habitantes se proveen de agua saliente de esta zona.
De continuar con los problemas de tala clandestina y crecimiento de la mancha urbana en 50 años este pulmón natural podría perderse en su totalidad. Es por ello que frente a estudiantes de Derecho, hizo un llamado a las futuras generaciones a preservar este espacio y crear las leyes necesarias para evitar su ecocidio.
Cabe mencionar que este foro tuvo por objetivo concientizar a la comunidad universitaria, y al pueblo sobre el impacto social y ambiental provocado por el delito de la tala ilegal en el bosque de agua.
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