Semana de 40 horas
Las estadísticas internacionales señalan que México es uno de los países en donde más se trabaja en el mundo.
El promedio anual de horas trabajadas en México es de 2 mil 148 horas. México cuenta con la tercera jornada laboral semanal más larga de América Latina. Además, uno de cada cuatro trabajadores mexicanos labora largas jornadas y dedica menos tiempo de su día a comer, dormir, socializar, pasatiempos o recreación, que el promedio entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
En México, por siglos, se ha valorado en demasía el trabajo como factor para conseguir ingresos o mejorar estos. No es extraño doblar turnos o hacer horas extra. Es parte del valor económico del trabajo.
De modo que cuando se discute disminuir la jornada de trabajo, de las 48 horas semanales actuales a 40 horas, en México hay oposición. El trabajo personal aporta valor a los procesos económicos. Y restarle horas a ese elemento, suena complicado.
Mientras la tendencia mundial es que la jornada laboral sea de 32 horas en lugar del estándar de 40, en México el sector patronal se opone a reducir de 48 a 40 horas. La Coparmex dice que no es momento de reducir la jornada laboral. En cambio, se pronuncia por aumentar la productividad.
En el fondo, se trata de mantener la desigualdad: en países ricos se trabaja poco y se gana mucho. En países pobres, como México, se trabaja mucho y se gana poco. Las empresas, especialmente las multinacionales, se enriquecen pagando salarios menores a los naciones desarrolladas y obteniendo a cambio una mayor productividad. Los países pobres exportan su pobreza y se empobrecen más.
Más productividad pasa por más innovación y más inversiones. Pero también por mejorar las condiciones de vida del trabajador.