El periodista Giancarlos Serrano fue agredido por la policía municipal de Toluca la noche del miércoles.
La misma noche presentó una denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México y dio su testimonio público de lo ocurrido. La condena a este hecho violento contra un periodista fue unánime.
En el gremio periodístico, desde luego, porque este jueves, el alcalde de Toluca, Juan Maccise, se apersonó en la conmemoración del día del periodista mexiquense y no sólo no condenó la agresión de la policía y un grupo de particulares, sino que la puso en duda, puesto que afirmó que se va a investigar el acontecimiento. Ah, y también que se va a capacitar en derechos humanos, o algo así, a los policías.
La policía municipal de Toluca ha sido ya objeto de una recomendación de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México por el exceso en el uso de la fuerza. Se recomendó capacitar, profesionalizar y sensibilizar a las personas servidoras públicas, también elaborar e implementar un protocolo de actuación especializado que señale las funciones y obligaciones de los elementos policiacos municipales, para evitar la violación a los derechos humanos. Uno de ellos, el derecho de la libertad de prensa y expresión. Y no, parece que no aprendieron o no los capacitaron.
Es triste y molesto que pasen los años y pasen los gobiernos y los alcaldes y los episodios se repitan. Y de los políticos y gobernantes, no hay nada que esperar: la libertad de prensa les resulta incómoda. No comprenden la utilidad de la crítica. A veces ni comprenden de qué se trata el servicio público.
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