Norma irreprochable
Se celebró el Día de la Constitución General de la República.
Y la Constitución hoy es radicalmente distinta a la que se promulgó el 5 de febrero de 1917 en Querétaro, en el Teatro de la República. Lo es porque se ha reformado en innumerables ocasiones, muchas de ellas para actualizar una norma centenaria a las vicisitudes de la actualidad y tras tantas para cumplir los caprichos o las agendas de los gobiernos en turno, de la mano de los poderes fácticos.
Como norma fundacional y fundamental de la república mexicana, la Constitución no tiene reproche. Sí, en cambio, la forma en la que se ha aplicado para defender los intereses de grupos, de poderes e incluso de individuos. Por un lado nos garantiza derechos y por otro lado, quienes la aplican, nos los restringen.
Ahora mismo, por ejemplo, cuando estamos frente a una crisis hídrica de grandes proporciones, la Constitución nos garantiza el derecho al agua… Y ya se observa una clara falta de equidad en el abastecimiento, consumo y disponibilidad del recurso. Ha habido, hay y habrá conflictos sociales por este motivo. Ya hoy es visible que esta crisis irá empeorando. En el estado, se usan grandes volúmenes de agua en actividades industriales mientras muchas comunidades no tienen acceso al agua.
La Constitución garantiza el derecho de todos, pero unos tienen mucho y otros nada. Como norma, reitero, es irreprochable. En los hechos, tiene muchos pendientes.