La arteria aorta es reconocida por primera vez como órgano independiente
Las nuevas directrices internacionales reconocen a la arteria aorta como órgano, equiparándola al corazón, los pulmones o el cerebro, según nuevas directrices internacionales para la cirugía aórtica, cuya comisión ha sido copresidida por el Centro Médico de la Universidad de Friburgo, en Alemania.
En concreto, estas guías recomiendan agrupar el tratamiento de la arteria aorta en una especialidad independiente, en estrecha coordinación con otras especialidades.
“Llevamos mucho tiempo practicando este enfoque integrador en el Centro Médico-Universidad de Friburgo y estoy encantado de que ahora también se reconozca internacionalmente nuestro trabajo”, afirma Martin Czerny, director médico del Departamento de Cirugía Cardiovascular del Centro Universitario del Corazón del Centro Médico de la Universidad de Friburgo (Alemania).
“Estoy seguro de que esto mejorará el tratamiento de los pacientes con rotura aórtica y otras enfermedades graves”, ha aseverado. Las directrices también podrían influir en el contenido de los estudios médicos y la formación de especialistas.
Corazón, pulmones, cerebro, aorta
“Reconocer la aorta como órgano la equipara al corazón, los pulmones o el cerebro. Es un gran paso”, afirma Czerny, director médico del Departamento de Cirugía Cardiovascular del Centro Universitario del Corazón del Centro Médico-Universidad de Friburgo. Hasta ahora, las enfermedades aórticas solían tratarse en cirugía cardiaca o en cirugía vascular, según su tipo y localización.
Czerny es desde hace muchos años uno de los científicos más citados del mundo en el campo de la cirugía cardiovascular. Otros médicos del Departamento de Cirugía Cardiovascular y del Departamento de Radiología Diagnóstica e Intervencionista del Centro Médico-Universidad de Friburgo y numerosos médicos internacionales participaron en la comisión encargada de elaborar las nuevas directrices bajo la codirección de Czerny.
“El alto nivel de experiencia del Centro Médico de la Universidad de Friburgo en el campo de la medicina cardiovascular es un pilar fundamental de nuestra medicina universitaria de vanguardia y centrada en la calidad”, afirma el profesor Frederik Wenz, director general del Centro Médico de la Universidad de Friburgo. “El profesor Czerny y su equipo confirman una vez más la destacada posición de nuestro Centro Cardiológico Universitario de Friburgo-Bad Krozingen en toda Alemania”, afirma Wenz.
La aorta tiene tareas y funciones complejas
La aorta es la encargada de transportar la sangre rica en oxígeno desde el corazón al resto del cuerpo. En los últimos años, cada vez está más claro que también desempeña un papel importante en la regulación de la presión arterial y la velocidad del flujo sanguíneo. Además, participa en la producción de ciertas hormonas y tiene su propia capa de células musculares lisas que ayudan a mantener su estructura y función.
Las nuevas directrices describen el procedimiento para diagnosticar y tratar enfermedades de la aorta como el aneurisma aórtico. Un aneurisma es una protuberancia anormal en la pared aórtica que alberga un alto riesgo de rotura aguda potencialmente mortal.
Si la aorta se rompe, es necesaria una intervención quirúrgica urgente. “Estas enfermedades requieren intervenciones quirúrgicas complejas, que podemos comprender, investigar y realizar mejor gracias a la visión holística de la aorta”, afirma Czerny. “También es muy importante un seguimiento muy bueno, ya que los afectados suelen volver a mostrar cambios peligrosos en la aorta más adelante”, ha dicho Czerny.
Las guías apoyan el diagnóstico y el tratamiento
Las guías de práctica clínica resumen y evalúan todos los hallazgos relevantes sobre un tema concreto en el momento de su elaboración. Estas directrices tienen en cuenta la relación riesgo-beneficio de los distintos métodos diagnósticos o terapéuticos. Como herramienta importante, ayudan a los médicos a tomar decisiones en su práctica diaria.
Como ejemplo de tratamiento, la Univerisdad de Friburgo cita el caso de Helga A. (59 años), que volvía a casa tras un agotador turno de matrona en 2020. “Me vino de repente. Sentí una presión increíble en el lado izquierdo del cuello, que se irradiaba a las piernas, y náuseas”, cuenta A., que en ese momento estaba sentada en el coche y de repente no podía mover las piernas. “Era consciente de que se trataba de algo amenazador”, dice esta paciente.
La tomografía computarizada reveló un desgarro de la aorta muy cerca del corazón que ponía en grave peligro su vida. La operación fue un éxito. “Aprendí que no todas las personas con una rotura de la aorta muy cerca del corazón tienen tanta suerte como yo”, dice A. De hecho, la mitad de los afectados mueren en 24 horas si no reciben tratamiento.
Como muchos pacientes con aneurismas aórticos, A. volvió a tener problemas. Necesitó una segunda operación en 2023, esta vez en la parte de la aorta del abdomen. Los cambios patológicos se descubrieron durante un examen de seguimiento, al que A. acude regularmente en el Centro Aórtico del Centro Universitario del Corazón. “Eso también fue bien y estoy deseando que llegue el futuro”, dice la paciente.