¿Fraude? Hay que comprobarlo
Todos los candidatos derrotados que no han quedado convencidos de su derrota, alegan fraude electoral.
No importa el año, el lugar ni el partido político. Y esta vez no es la excepción. Alegan fraude priistas, panistas, perredistas, morenistas, verdes, los de nueva alianza y los del eme ce. Y están en su derecho. Pero no se trata solamente de gritar a voz en cuello que hubo fraude, se necesita comprobar ese supuesto y sustentar con pruebas, más que con argumentos.
Tan difícil resulta maquinar un fraude, que personajes como Lorenzo Córdova o Ciro Murayama, que fueron presidente y consejero del INE ya señalaron que hablar de un fraude es irresponsable. Y que las elecciones fueron limpias. El único pero que le ponen es la intromisión presidencial.
El fraude sólo está en las acusaciones, que tendrían que pasar de los discursos a las impugnaciones formales donde quienes acusan tendrán que probar, más allá de los señalamientos y las protestas.
Y como dice Córdova, argumentar fraude es acusar al millón de ciudadanas y ciudadanos, que son nuestros vecinos y que fueron los garantes de que nuestra voluntad en la boleta prevaleciera.
Qué difícil es admitir una derrota.