Según Alejandro Sánchez Vélez, Director General de la Protectora de Bosques del Estado de México (Probosque), el viento es uno de los principales factores que los brigadistas deben considerar al planificar sus estrategias de ataque contra el fuego.
Casildo Román Solórzano, Coordinador de Incendios en la Región Coatepec Harinas, destaca que el calor también afecta la labor de los brigadistas, mientras que los cambios repentinos en la dirección del viento pueden hacer que el fuego se propague de manera impredecible y peligrosa. El viento, en particular, puede acelerar significativamente la propagación del fuego, exacerbando aún más la situación.
Miguel Ángel Romero Morales, Delegado Regional Forestal en Coatepec Harinas, añade que la sequía prolongada es otro factor que contribuye a la presencia de incendios forestales en diversas regiones del país. El aumento de la temperatura, la sequedad del suelo y los fuertes vientos crean condiciones ideales para que los incendios se desarrollen y se propaguen rápidamente.
Las autoridades de Probosque también señalan que la ubicación geográfica influye en la velocidad y la intensidad con la que se propaga el fuego. Las zonas del sur, con un clima más cálido y seco, son más propensas a incendios rápidos y de gran alcance, mientras que las áreas del norte tienden a ser menos afectadas debido a su mayor humedad y temperaturas más moderadas.
Además de los factores climáticos, las condiciones del terreno, como pendientes pronunciadas y montañas escarpadas, pueden dificultar el acceso de las brigadas de rescate, complicando aún más las operaciones de extinción de incendios.
A pesar de estos desafíos, Probosque cuenta con un equipo dedicado de brigadistas y técnicos especializados, respaldados por el apoyo del Gobierno federal, municipal, voluntarios y la comunidad en general para hacer frente a los incendios forestales en el Estado de México.
Comentarios
