Cuando se aborda el impacto de la contaminación atmosférica hay dos grupos de personas que preocupan y son los adultos mayores y los niños; los primeros que pueden presentar enfermedades cardiovasculares y comparten con los segundos los padecimientos pulmonares. Pero esta vez pongamos atención a los niños y lo que dice la Organización Mundial de la Salud u OMS. Esto es, que 93 por ciento de los pequeños en el mundo respiran aire tóxico a diario y a ellos les llegan más los contaminantes a los pulmones y la sangre porque respiran más rápido mientras que por su tamaño, están más cerca del suelo donde algunos de los contaminantes alcanzan concentraciones máximas, y esto ocurre en un momento en que su cuerpo y cerebro se están desarrollando.
A este respecto, la recomendación de la OMS es que las escuelas y los patios de recreo se ubiquen lejos de las principales fuentes de contaminación del aire como las carreteras, las fábricas y las centrales eléctricas. Pero la realidad es que alrededor de dos mil millones de niños en el planeta viven en zonas donde la contaminación es causada por las emisiones de vehículos, el uso intensivo de combustibles fósiles, el polvo y la quema de residuos.
En suma, la población mundial en un 99 por ciento respiramos aire que supera las normas y pone en riesgo nuestra salud. Pero los niños son de los más vulnerables, incluso antes de nacer por las partículas contaminantes que pueden llegar a la placenta. A ellos debemos prestarles especial atención.
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