¿Has escuchado el término «violencia política en razón de género»? Pues surge de la necesidad de reconocer y abordar la violencia que las mujeres enfrentan en el ámbito político debido a su condición de féminas. En tal sentido, podemos identificar formas comunes de referirse a la mujer en la política como: «no es capaz de tomar decisiones», «no puede manejar la presión», «no sabe debatir», «no es capaz de financiar o contratar un equipo de campaña», «ella puede ser objeto de violencia sexual».
Recientemente, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue señalado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de violencia política de género contra Xóchitl Gálvez debido a que en varias de sus conferencias matutinas afirmó que Gálvez obtuvo la candidatura presidencial por decisión de «un grupo de personas con poder político». El Tribunal Electoral consideró que estas expresiones menoscabaron el reconocimiento de los derechos políticos de Gálvez, basándose en su condición de «mujer e indígena» y que las declaraciones configuraron «violencia simbólica».
En el transcurrir de los años las mujeres políticas han dado testimonio sobre sus experiencias de violencia y cómo les genera sentimientos de inseguridad y miedo, inhibiendo su capacidad de participar en la política y ejercer sus derechos. Falta pues un cambio cultural para fomentar una mayor conciencia sobre la igualdad de género en la política y representación de las mujeres. La violencia política de género se asocia con el machismo. El machismo es un patrón cultural y social que perpetúa la desigualdad de género y la violencia contra las mujeres
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