EDUCACIÓN

Sentencian a 9 años de prisión a individuo por trata de personas en Toluca



Armando Prisciliano Jacinto fue condenado a 9 años de prisión por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), al ser hallado culpable del delito de trata de personas.

La víctima laboraba en una recaudería, donde el hoy sentenciado no la dejaba salir a su domicilio, le daba pocos alimentos y no le permitía asearse. (Foto: Especial)

La sentencia se basa en la modalidad de «captar a una persona con la finalidad de beneficiarse a través de la explotación laboral», con la agravante de aprovechar una situación de vulnerabilidad.

La Autoridad Judicial en Almoloya de Juárez emitió la condena después de revisar las pruebas presentadas por el Ministerio Público. Además de la pena de prisión, Prisciliano Jacinto deberá pagar una multa de 627 mil 340 pesos y 36 mil 400 pesos como reparación del daño. También se le exige someterse a terapia psicológica durante su reclusión.

Las investigaciones de la FGJEM revelaron que, el 15 de diciembre de 2021, la víctima, una joven de 18 años, conoció al ahora sentenciado, quien le ofreció trabajo en una recaudería en Toluca. Desde el inicio de su empleo, la víctima fue sometida a condiciones laborales precarias, como jornadas extenuantes, falta de alimentos y la prohibición de regresar a su domicilio.

La víctima logró escapar el 16 de abril de 2022, cuando el implicado no estaba presente. La FGJEM inició una indagatoria que condujo a la obtención de pruebas. El Ministerio Público presentó la evidencia ante la Autoridad Judicial, quien emitió una orden de aprehensión contra el acusado.

Armando Prisciliano Jacinto, además, ya contaba con una sentencia en mayo de 2023 por 4 años y 8 meses de prisión, por trata de personas en la modalidad de explotación laboral, agravando aún más su situación legal.

Comentarios

comentarios

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button

BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS BIO LINKS