Desde hace un año, el sector de producción de uniformes se ha visto afectado por la llegada de prendas y artículos chinos se comercializan hasta en una tercera parte de la producción nacional.
Adicional a esto el comercio informal de este tipo de prendas, se instala en las afueras de las instituciones educativas, esto es en cajuelas o con puestos improvisados lo que ha mermado de manera considerable una temporada importante para el sector.
Edgar Cerecero, empresario del ramo señaló que se ha hecho un llamado a los padres de familia, a verificar las condiciones de calidad de los productos, el precio y la duración que pueden obtener de los mismos con el objetivo de tomar mejores y más informadas decisiones.
Otro de los puntos a considerar son aquellos uniformes de reúso, que tienen que ver con el paso de generaciones de las mismas prendas o bien el intercambio entre padres de familia, situación que si bien beneficia en temas ambientales, también puede llegar a tener un impacto entre el 15 y 20 por ciento sobre las ventas totales.
Los gastos que realizan los padres de familia en uniformes nuevos van desde los 300 pesos cuando se sustituye una o dos prendas a más de 3000, dependiendo el número de prendas que se incluyen como pueden ser chamarras de invierno o ropa deportiva en diferentes estilos.
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