La inflación en México no cede.
El reporte de la primera quincena de enero muestra un aumento en el índice genera de precios de 4.90 por ciento. La variación quincenal de la inflación fue de 0.49 por ciento respecto a la segunda quincena de diciembre.
Y en especial, la inflación anualizada de alimentos, bebidas y tabaco fue de 5.63 por ciento. Esto quiere decir que los productos básicos suben más que el índice general. Y eso, termina por pegar en el bolsillo de las familias mexicanas. Y lo hace silenciosamente, como una especie de impuesto oculto y regresivo, que afecta más a los que menores ingresos tienen, porque deben pagar más por lo mismo.
Y aunque la inflación ha bajado la velocidad con la que aumentan los precios, lo cierto es que todos los productos cuestan más y seguirán subiendo mientras no se logre su control y se reduzca a niveles en los que su impacto sea menor, aunque siga siendo negativo. La inflación lleva más de dos años fuera de las metas del Banco de México y la Secretaría de Hacienda. Y escapa de nuestras posibilidades. Solamente queda ser cautelosos en el gasto.
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