Ya que comenzó la venta de árboles navideños en el municipio de Xonacatlán vale la pena estudiar las ventajas de tener uno de estos objetos en casa o de plástico. De los naturales, son más bonitos y hasta elegantes, despiden aroma a pino, liberan oxígeno y contribuyen a limpiar el medio ambiente. Además, una vez pasada la Navidad se puede plantar en el jardín u otro lugar. De lo benéfico de los árboles de plástico es que son fáciles de transportar, armar, desarmar y guardar; están libres de alergias, son reutilizables, multifuncionales -con luces integradas- y en algunos casos antiinflamables.
También es importante tener en claro que eso de contar con árboles de Navidad no es una obligación y que no forma parte de nuestras tradiciones nativas. Su origen se atribuye a Alemania donde los habitantes adornaban en la Edad Media a un roble con antorchas para celebrar el solsticio de invierno y bailaban a su alrededor. Así, el momento que sirvió para difundirlo sería en una fotografía a la reina Victoria y el príncipe Alberto en donde aparece al fondo y que publicó la revista The Ilustrated London News
De México se cuenta que el primer árbol de Navidad llegó gracias a Maximiliano y Carlota en 1864 y lo instalaron en el Castillo de Chapultepec. Luego se extendió su uso en las áreas urbanas y rurales.
La elección del árbol de Navidad depende de nuestros gustos y practicidad y el valor o simbolismo que le asignamos, el sentido de la Navidad es lo importante. Es decir, la fe, el amor, la paz y el prójimo.
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