Bien pertechado
A hacerse cargo de la Secretaría de Seguridad del estado de México llegó Cristóbal Castañeda Camarillo, quien hasta agosto del año pasado despachó en tierras sinaloenses en calidad de secretario de Seguridad.
La referencia pública del trabajo de este militar, dedicado desde hace años a tareas que están relacionadas con la administración —administración militar , administración naval, administración de negocios, en su formación, director adjunto de Banjército en sus labores—, no son sus detenciones ni los índices de criminalidad o la eficacia de la policía. No, la referencia de Cristóbal Castañeda es que era el mando a cargo de la policía de Sinaloa cuando ocurrió el tristemente célebre “culiacanazo”, aquel episodio del repliegue ante el embate de esa facción del Cártel de Sinaloa conocida como “Los chapitos”, los hijos de Joaquín Guzmán Loera.
El episodio es de sobra conocido. Y aunque no fue una decisión de Castañeda Camarillo, sino del más alto mando del país, el presidente Andrés Manuel López Obrador —así lo ha reconocido el propio presidente—, el expediente está bajo el nombre del teniente coronel del Ejército mexicano.
Es lo que se recuerda del militar que ahora está a cargo de la seguridad en el estado más poblado del país, cuya población es seis veces más grande que la de Sinaloa y con un centenar de municipios más.
El ahora exsecretario, Andrés Andrade, presume de haber dejado un estado de México “más seguro, más justo y con menos desigualdad”. En sus cuentas en las redes sociales formuló una especie de informe, algo así como un corte de caja al cierre de mayo, en el que afirma que tuvo cualquier cantidad de “logros”. Pero la fotografía en la que aparece con la gobernadora Delfina Gómez dice mucho más: él sonríe, aparentemente satisfecho, ella tiene “cara de circunstancia”, hasta diría que de media sonrisa incómoda. Los motivos reales de la renuncia del ahora exfuncionario no están claros, aunque sí es público que hubo señalamientos nunca confirmados de anomalías en los manejos de la Secretaría de Seguridad, incluyendo aquella denuncia que el propio Andrade hizo ante la Fiscalía por una “campaña negra” en su contra.
Pero mientras son peras o son manzanas, la responsabilidad de la seguridad en el estado de México va de extremo a extremo en el espectro del entorno del presidente López Obrador, porque Andrade Téllez estaba identificado con el entorno del general Audomaro Martínez, ahora director del Centro de Inteligencia Nacional, mientras que Cristóbal Castañeda pertenece al de la Secretaría de la Defensa Nacional, a cargo del genera Luis Crescencio Sandoval, dependencia que lo insertó en su momento en las tareas de seguridad en Sinaloa.
Los que lo han visto in situ, refieren que el teniente coronel Castañeda gusta de encabezar los operativos, llegar a los enfrentamientos, atender de manera personal los casos de inseguridad o violencia, salir a las calles, atender a los medios y aparecer con todos sus pertrechos colgados. Veremos.